La oscura atmósfera que el hombre ignora.

Comenzando ya a mostrarme las imágenes, me hizo ver la atmósfera del planeta de extremo a extremo.

Observaba unas capas densas de color gris, que se levantaban a muchísimos metros por sobre las más grandes ciudades. Parecía una enorme concha, que refractaba violentamente los rayos solares, evitando de esta manera, que ellos penetraran a la tierra con toda su intensidad. 

Comentó que esa capa estaba inhibiendo el proceso regenerador que recibía el planeta obstruyendo. por lo tanto, los intercambios que existen entre alimentación y eliminación. El grosor de la capa es ya de varios kilómetros, lo que hace por lo tanto más difícil el proceso de purificación.

Al ir pasando los años este grosor y al mismo tiempo su densidad aumenta tanto, que los procesos de síntesis de la tierra cambian de una manera tan alarmante, que producen un aire pesado, el cual es causante de sorpresivas turbulencias atmosféricas que forman una escarcha espantosamente nociva para los cultivos, los ríos, los mares, y más aún, para los sistemas respiratorio y circulatorio del hombre.

"El fruto de la imprudencia ha llegado al máximo - pensaba con gesto grave-, el hombre sólo tiene en su mente la industrialización, nocivo avance que destruye los elementos más delicados que tiene el planeta. Al mismo tiempo no respeta el complejo organismo del cuerpo, haciéndose éste con el transcurso del tiempo exageradamente susceptible, tanto que en sus genes transmitirá una serie de taras de generación en generación".

Vi una capa que se levantaba por sobre las ciudades, ésta ya no a tan gran altura como la anterior, aunque era más sutil, de un color violeta pálido, que se agitaba en remolinos, como si dos corrientes de vientos las impulsara por los extremos. El color violeta parecía teñido de una indecible suciedad que le daba tonos gris.

"Son los pensamientos de los individuos que viven en esas grandes ciudades. Estos naturalmente a través de sus vibraciones, van formando esos remolinos. El color describe perfectamente la clase de sentimientos. En este caso, la capa se compone de los más absurdos y bajos, los cuales se convulsionan en un paroxismal deseo por su realización: allí hay odio, envidia, orgullo y resentimiento, todos formando una mezcla tan espantosa que influyen a través de su energía en los nuevos seres que cada día se van engendrando. Porque el hombre desde el preciso momento que se va formando dentro del vientre de la madre empieza a recibir toda esta clase de influencias. Aunque el individuo común no las pueda observar ni mucho menos determinar, sí están actuando sobre el conjunto mente y cuerpo segundo a segundo. Más tarde es cundo se ven sus dolorosos resultados.

" Como el hombre no puede ver todas estas formaciones y desafortunadamente al mismo tiempo las ignora, es natural que viva despreocupado respecto de su modo de actuar y pensar. Si en escaso un siglo ha avanzado lo que no había podido en muchos, de la misma forma ha contaminado el planeta de una manera más rápida, tanto que no le ha permitido el tiempo necesario para eliminar el cúmulo exorbitante de desechos. Todo lo que le he comentado en el futuro será perfectamente comprobado, ya que dentro de varios años la humanidad estará en capacidad de descubrir que los pensamientos realmente tienen forma y que actúan más violentamente que las palabras y, en ocasiones, que las mismas acciones, ya que desde que el pensamiento se emite éste comienza a hacer su efecto, hasta que cumplida su misión se desintegra".

Todas estas observaciones producían en mi perplejidad, ya que a simple vista uno no puede ver esas formas tan extrañas y al mismo tiempo tan repugnantes que se van formando en el espacio. Es exactamente igual que si a un hermoso cielo azul lo miráramos a través de un vidrio opaco y extremadamente sucio. Toda la belleza cambiaría. 

Esto me ha llevado a pensar que el hombre no obstante estar desarrollando una tecnología tan avanzada se encuentre aún, distante de las grandes realidades.


CONTAMINACIÓN  DEL  AGUA

Observando los ríos veía sus negras aguas cargadas de elementos altamente contaminantes, tales como los residuos químicos, los cuales han destruido completamente la vida de los peces.

"Todos esos peces están ingiriendo esos compuestos no biodegradables que, al utilizarlos el hombre para su alimentación, van poco a poco acumulando en el organismo pequeñas cantidades de elementos elevadamente tóxicos, los que actualmente han comenzado a lesionar las células de una manera irreversible.

"Al presentarse esa lesión el organismo ya no tendrá la suficiente capacidad de defensa, ya no será una intoxicación de efectos paulatinos, que a la alarmante hora de la verdad iniciará sus estragos en el cuerpo, presentándose diarreas muy semejantes a las producidas por el cólera; severos trastornos sobre la piel, y lo que es peor aún, efectos sobre el sistema nervioso. Estos naturalmente, comenzarán con fiebres, embotamiento y coma, síntomas inconfundibles del botulismo. Si no se llega al estado del coma habrá idiotez, perdida de sensaciones de ciertas secciones del cuerpo, pérdida de la visión o vértigos permanentes.

"Ya esos hechos se están presentando de manera esporádica, aunque la ciencia médica ignora su amenazante origen.

"Los ríos son enormes cloacas que desenbocan al mar, y como el proceso de desintoxícación para el planeta se ha ido agotando, naturalmente que la acumulación residual cada día se va haciendo más alarmante".

Veía los grandes bosques siendo talados por el hombre en su incontrolable voracidad. Después, estos convertidos en tierra de erosión donde el viento seco y la lluvia van labrando con sus enormes garfios.

La gran máquina natural de síntesis de oxígeno para el planeta está siendo derribada poco a poco; una muestra más de la audaz ignorancia del hombre que quiere conquistar el espacio sin haber comenzado a preservar su propia tierra !Qué irónico¡" - tronaba su pensamiento cargado de indignación.

En las afueras de las ciudades los grandes basureros, como cadenas de montañas, donde las moscas danzan. Por encima de estos montículos a escaso un metro de altura, la luz del sol forma al chocar con la descomposición de los elementos allí amontonados, un aura azulosa siendo su centro ligeramente oscuro, semejante al color de las mismas moscas.

"Ese es el caldo de cultivo que está preparando el hombre para sí mismo. Será una de las grandes causas de impredecibles epidemias, auque ya hay ciudades que están procesando todas estas basuras, no todas lo podrán hacer, asfixiándose dentro de sus desechos.

"Todo eso contribuye a la formación de esa inmensa concha. Cada día lo hará más densa y al mismo tiempo mucho más ancha. De ahí que el planeta fatigado se rebelará y hará bramar sus entrañas. Y sacudirá al hombre exactamente con la misma brusquedad e inclemencia que él ha empleado para con la tierra. Y será sacudido desde arriba y por abajo. Y al paso que va, los días se acercan" - sentenció.

Fuente. Trascendentales profecias